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16 jun 2010

ABEL Y EL REGRESO AL NUCLEO

ABEL

El cine mexicano de las últimas décadas nos ha acostumbrado a un nivel mediano al momento de aparecer en la gran pantalla. Cintas o muy rebuscadas de autores del llamado cine contemplativo, que no llegan a nadie ,el típico melodrama de pueblito o ciudad donde jóvenes de clase media se debaten entre el amor y la pobreza destruyendo el mito del mexicano sin futuro o de ultima la comedia simplona comercial que pretende mas de lo que puede ofrecer.

Así ABEL dirigida por el multifacético Diego Luna llega para darle un respiro a nuestra dañada filmografía y trata por algunos momentos de volver al origen del cine clásico de la década del 40, plagado de temáticas donde el núcleo familiar y las figuras paternas eran fuertes iconos del macho frío y calculador pero que buscaba el bienestar de sus seres queridos. Abel el muchacho que da titulo a la cinta es un chiquillo callado que ha sido puesto en encierro durante la mayor parte de su niñez debido a su casi autismo ante la sociedad. La película comienza con la llegada de Abel a su casa, el reencuentro con su familia y la falta de la figura paterna como parte primordial del núcleo, obligándolo de pronto a convertirse en el hombre de la casa y tomando de una manera muy extrema el volverse padre e hijo al mismo tiempo.

Si bien la premisa de la cinta es pequeñita y verdaderamente es doloroso ver como Luna la alarga durante 100 minutos tratando por todos los medios de tapar los baches espantosos del guión y dotando de una duración innecesaria algo que podría haber sido resuelto en un buen cortometraje de 15 minutos, la honestidad de la mirada y los personajes que presenta el director son en momentos brillantes y suficientes para enmarcar el retrato de una familia mexicana.

Abel si bien no es la gran película y efectivamente no va a cambiar la mirada del espectador del cine nacional, es una buena propuesta y merece ser vista como algo que a pesar de no tener el suficiente sustento presenta algo diferente y se asoma a ese cine clásico melodramático y que honestamente se mueve dentro de un retrato familiar de abandono y la problemática vista desde los ojos de un chiquillo cuyo único retrato paterno se da desde la imagen del ayer y que actualiza la verdadera intención del cineasta moderno, carente de una verdadera identidad propositiva.

Así y aunque no llegue a ser espectacular la cinta de Diego Luna es una buena mirada y sin esperar mucho llega a ser por momentos interesante.

LO MEJOR DE LA PELÍCULA: El asomarse por momentos al cine clásico que nos doto de identidad durante muchos años.
LO PEOR: La premisa tan pequeña que se agota prontamente y que en los últimos 45 minutos se vuelve muy repetitiva
LA RECOMENDACIÓN: vale la pena sin esperar mucho, igualmente tiene una excelente factura y eso es un gran alivio para ver en el cine.